Las rejas no solo es un elemento arquitectónico utilizado habitualmente para proteger nuestras viviendas, hubo una época en la que estas estructuras de cerramiento metálico se utilizaban para decorar y aparentar poder y honor.
Las rejas se inventaron hace muchos años por las culturas mediterráneas para proteger las reliquias y zonas de culto religiosas, pero poco a poco se extendió el uso de las mismas en ventanas para proteger las viviendas y los objetos de la gente.
La época de mayor esplendor de estas estructuras se dieron en los siglos XV y XVII, junto al esplendor arquitectónico de los estilos góticos y platerescos, en el que las rejas se convirtieron en un elemento más de ornamentación. Una forma de demostrar el poder económico a la gente de a pie, ya que se colocaban en el exterior y todos podían vislumbrarlas.
La importancia de las rejas en la sociedad ha traspasado su uso habitual, no solo son símbolos de ostentación, también se han utilizado en poemas y escenas teatrales, las más conocidas, los encuentros de don Juan tenorio, por mencionar alguna.
En definitiva, su uso no solo puede ser de protección y seguridad, las rejas tienen un sinfín de utilidades, como diría Ramón Gómez de la Serna en una de sus Greguerías <<La reja es el teléfono de más corto hilo para hablar de amor>>.